¿Es fuerte el titulo, cierto? Yo sé, pero la verdad es que no encontré otro para esta historia.
En el 2010 conocí una chica de Roma, amiga de una amiga. Habíamos empezado a chatear y me parecía simpática. Así, en una linda y soleada mañana de septiembre decidí ir a conocerla. La primera parte del viaje fue muy agradable y nada sugería el peligro que pronto llegaría: entré en un túnel y sin entender cómo ni por qué, perdí el control del auto.
Quizá fue un atisbo de distracción, tal vez simplemente hay cosas que tienen que ocurrir. Recuerdo que un camión frenó de repente y pensé que me iba a estrellar contra él. Traté de frenar, pero al darme cuenta de que de esa forma era imposible evitar el choque, di un giro ocasionado que el auto chocara contra el borde del túnel. Intenté retomar el control, pero no lo logré: el auto parecía enloquecido, empezó a dar vueltas, se levantó y chocó contra el otro borde.
Se escucha decir que “se repasa toda la vida como si fuera una película”: a mi no me pasó eso, sin embargo ocurrió algo bien raro. El camión avanzaba directo hacia mi carro. Cuando nos separaban apenas unos pocos metros, pensé que no quedaba nada por hacer…la muerte estaba cerca de mi. Cerré los ojos desesperado y sin esperanzas. Pensé en mi papá, quien había fallecido tan sólo dos meses atrás y recé, esperando el violento estallido que parecía inevitable. Pero finalmente el estallido no llegó.
Cuando abrí los ojos ya estaba afuera del túnel y el auto, que había pasado al carril en contra vía dando vueltas y tumbos, se encontraba ahora en el sentido correcto. No entendí lo que había pasado, pero no había tiempo para pensar: el motor no se prendía y las puertas no se abrían, así que me quedé atrapado mientras pasaban los carros raudos a mi lado. Entonces, tomé el extintor para lanzarlo con toda mi fuerza contra los vidrios. En pocos segundos, estaba afuera del auto. Era increíble pero estaba ileso.
Pues…como pasó? Como alcancé a salir del túnel si al momento del choque ni siquiera se veía la salida? Como es posible que el auto, después de todas las vueltas, estuviese en el sentido correcto? Que hubiera pasado si hubiera quedado atravesado? Hasta el día de hoy, no encuentro respuestas a estas preguntas.
Finalmente llegué a Roma y conocí la chica. Era simpática pero no nació nada mas que una amistad. Volví a Bolonia y procuré olvidar esta historia lo mas rápido posible. Sin embargo, hace algunos días, una amiga me dijo: “en la época de la guerra, mi abuelo no quiso subirse a un camión porque tenía una corazonada de que pasaría algo. Tan pronto se fue el camión, le cayó una bomba que mató a todos los pasajeros. Desde aquel día mi abuelo empezó a sentirse libre, sintió que le habían dado una oportunidad, algo como una segunda vida, que decidió vivir sin rechazar ni una posibilidad para ser feliz”.
“Quizás” – pensé mientras la escuchaba decir estas palabras – “a mi también me pasó algo parecido. Tal vez, sin haber vivido esta experiencia, no hubiera decidido haberme quedado un año en Sur América”. Y esto lo pensé porque quedarme en Colombia, como dicen por allá, fue bien chévere pero también está el componente de renunciar o por lo menos poner a un lado trabajo, amigos, costumbres….y entonces, no sé… puede que no hubiera sido capaz de hacerlo sin los cambios que se dieron lugar en mi tras aquella vivencia.
Tal vez ese día, morí en el túnel. Morí en el sentido de la carta de la muerte en el tarot que significa: transformación. En el túnel entró un “yo” pero salió “otro”, listo para vivir como lo decía el abuelo de la amiga: sin dejar de aprovechar ninguna ocasión.
¿Y tu, te has preguntado por qué estás leyendo esta entrada? ¿Tal vez quieres por fin realizar tu sueño dorado? O, ¿quieres derribar algún limite o barrera? ¿Quizás quieres vivir tu también sin dejar de aprovechar ninguna ocasión?
Si la respuesta a alguna de estas respuestas es si, si lo que estás buscando es una transformación, es despertarte, no te preocupes: no hace falta chocar con un camión en una autopista en Italia… de hecho, dice el psiquiatra David Hawkins que “en este universo interconectado, cada avance en el propio mundo privado mejora el mundo en general para todos”. Parece que tuve que aprender a través de ese accidente tan feo. Pero esa es solo mi historia, no es la tuya. Tu tienes todo el derecho de experimentar la misma libertad de vivir, aún sin acontecimientos tan traumáticos.
Cada nuevo segundo nos trae una opción para cambiar. Nos invito a que, aun estando en medio de una situación difícil como un fuerte enojo, una profunda tristeza, un mortal aburrimiento o un devastador miedo, recordemos que ese momento presente que quizá no reconocemos por estar sumidos en nuestras emociones, nos da la oportunidad de tomar la decisión de matar ese “yo” que sigue el curso de lo que esta pasando y transformar su destino en algo diferente, algo mejor. Tomar las riendas de los pensamientos para detener los que nos quieren hundir más y más en esa emoción (porque algunos son ciertos pero muchos otros son equivocados y exagerados) y decirnos que queremos sentirnos bien. Saber que tenemos el poder y el derecho de hacerlo y que estando bien todo nos sale mejor. Es difícil, lo se. No pretendamos lograrlo en el primer intento pero tampoco dejemos de intentarlo.
El hecho que estás aquí ya es la demostración que estás listo para hacerlo: estamos en el mismo blog, compartiendo, juntos. Estamos en transformación. Estamos libres, ¡ya! Vamos por el camino justo.
Gracias por leerme. ¡Hasta el próximo Reflejo!
Elvio
Quiero dar la gracia a Laura Avila Rincón por su revisión, por su paciencia, por sus ideas, por su energía tan inspiradora. Gracias.
4 Comments
Julia
Lug, 30, 2015Gracias. La lectura de este reflejo me sirve mucho en este momento de mi vida!
desprenderse
Lug, 30, 2015gracias a ti Julia, un abrazo 🙂
bigbenantiguedades
Lug, 30, 2015Hola Elvio, lindo relato que me llama a la reflexion. Sabes, luego de convivir cinco anos con mi pareja, nos casamos en febrero pasado. Mi esposo es ingles y yo, peruana. Además de nuestras diferencias culturales lógicas, obviamente no somos iguales. Él siempre se sorprende que los latinos solemos vivir la vida y disfrutarla como si fuesemos a morir pronto. Esto es una de las principales diferencias con los ingreses que todo lo planifican, todo lo ahorran, y miden cada cosa que hacen. Dos semanas después de nuestro matrimonio, mi esposo sufrió un infarto que afortunadamente no lo mató pero sí sirvió para explorer su corazón y ver la raíz del problema. Lo cierto es que hae poco se sometió a una operación de triple bypass. Él se encuentra restableciéndose de esta operación sumamente riesgosa y la experiencia lo ha llevado a la conclusión que los peruanos tenemos razón en disfrutar la vida tanto como podemos porque quizás puede ser muy tarde cuando nos demos cuenta del tiempo desperdiciado. Tu Post me ha remitido a esa experiencia y me reafirmo en mi forma de pensar: disfrutar cada día como si fuera el ultimo. Un abrazo….Patricia
bigbenantiguedades
Lug, 31, 2015Hola Elvio, te he nominado para participar en el Reto WordPress:Tres días de Frases Favoritas. Los detalles los encontrarás en mi último Post. Espero que te animes a aceptar este Reto. Un abrazo, Patricia